¿CÓMO ORGANIZAR "LA VUELTA AL COLE" EN TIEMPOS DE PANDEMIA?

1. Define la metodología de trabajo y de evaluación

En el momento que optamos por una modalidad blended o semipresencial debemos trabajar a nivel pedagógico en la definición de la metodología a seguir y en cómo vamos a evaluar a nuestro alumnado.

Este primer paso que ahora mismo solo enumeramos es necesario, para posteriormente poder seleccionar las herramientas tecnológicas que mejor se adapten a las necesidades de mi modelo de aprendizaje hibrido. Es decir, si en mi metodología de trabajo planteo que se realizarán tutorías online síncrona de manera semanal, deberé seleccionar un sistema de videoconferencia educativa integrado con mi LMS para ello, tal como: Blackboard Collaborate.

2. Elige la plataforma más idónea

A través de la definición de los objetivos de enseñanza-aprendizaje sabremos cuales son los recursos didácticos más adecuados y eficaces para la implantación de nuestra metodología. Una vez determinados estos puntos iniciales, podremos seleccionar el LMS que más se ajuste a las necesidades de nuestro proyecto educativo.

En el mundo existen un amplio abanico de Learning Management System, pero a la hora de elegir debemos tener en cuenta criterios tales como:

– Nivel de servicio y soporte, en el caso de tratarse de una plataforma en modelo servicio es importante que el SLA al que se comprometan sea superior al 99,5%. Además, de disponer de un soporte técnico 24/7, se incluya la actualización y mantenimiento del LMS en el coste de la licencia.

– Estándar, a la hora de elegir un LMS es indispensable que cumpla con los estándares en formación online, tales como: SCORM 1.2, SCORM 2004, QTI, IMS… De esta manera, si quisiéramos cambiar de plataforma en un futuro deberíamos asegurarnos de que nuestros contenidos didácticos se pudieran visualizar en la misma, esto es posible gracias a los estándares.

– Permisos de administración y personalización, en muchas ocasiones los LMS que se comercializan en formato servicio no facilitan al cliente opciones íntegras de administración del entorno, por lo que se forzaría al mismo depender del proveedor para la ejecución de dichos servicios.

– Integración con sistemas externos, cuando implantamos un entorno de aprendizaje online lo idóneo es que disponga de webservices que permitan, por ejemplo, integrarlo con nuestro sistema de gestión con el fin de automatizar las altas, bajas y matriculaciones de usuario y de esta manera reducir la carga de trabajo de los perfiles de administración, y que permita la integración por LTI (estándar de interoperabilidad de herramientas de aprendizaje) con lo cual podríamos implantar otras herramientas tales como: sistemas de videoconferencia, proctoring, gamificación, etc.

– Funcionalidades, será necesario analizar si los servicios de comunicación, las herramientas de gestión y los recursos didácticos cubren los requerimientos definidos en la metodología de aprendizaje.

Entre nuestras recomendaciones, por su facilidad de adaptación para escuelas, universidades o instituciones corporativas, y por supuesto, por los años de experiencia en el sector, se encuentran Blackboard Learn, OpenLMS, Moodle y OKN Learning.

3. Enriquece la experiencia del usuario

Con el fin de que el proyecto de aprendizaje sea un éxito es necesario que el usuario, tanto alumnado como profesorado, tenga una experiencia de usuario excelente siendo algunos de los factores que influyen en la misma los siguientes:

– Usabilidad, para ello se plantea una interfaz que mejore el acceso a la información y el contenido, y que mejore la navegación dentro del entorno de aprendizaje.

– Accesibilidad, tanto en formación presencial como online es indispensable que el entorno como el contenido didáctico sea inclusivo con el fin de que todas las personas tengan acceso al mismo. Para ello, además de un adecuado diseño web que cumplan al menos con las prioridades 1 y 2 de la W3C, podríamos implantar herramientas tales como ReadSpeaker y Blackboard Ally que nos ayuden a mejorar la accesibilidad de los recursos de aprendizaje.

– Valor añadido, con el fin de crear una experiencia única será necesario que nuestra acción formativa aporte un valor añadido respecto a la competencia, esto se puede conseguir de diferentes formas, tales como: una tutorización y seguimiento del alumnado proactivo, con contenidos didácticos con alta interactividad, o con la implantación de herramientas diferenciadoras (sistemas de videoconferencia, antiplagio, proctoring, etc…).

– Deseable, para ello se plantea una interfaz atractiva para el usuario con la que consigamos el engagement del mismo.

– Encontrable, a través de la arquitectura de la información analizamos el comportamiento de los usuarios y sus necesidades respecto a la metodología de aprendizaje para crear un entorno que responda adecuadamente.